Por:
Gaspar Velásquez Morillo
Enviado
a confrontacion.xxi@gmail.com,
en fecha: 07/08/2015
Fecha
de publicación: 06/09/15; 11:24 am
Las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015
tiene múltiples implicaciones y por supuestos, variadas interpretaciones. De
manera formal y en la práctica nos nació el derecho de ser patria libre y
revolucionaria en el presente siglo con el triunfo electoral del Comandante
Hugo Chávez Frías quien hasta con sus huesos nos asevera que habrá Patria.
Se deduce que cada organización involucrada en la
fórmula electoral que presentó el proceso revolucionario para los comicios del
6 de diciembre de 2015 hizo su respectivo análisis de sí y del país, del papel acentuado del
Imperio aún en la situación de deterioro que les afecta a los países imperiales
y de tomar muy en cuenta como país la responsabilidad con su pueblo de poseer
una inmensa riqueza natural debajo y encima de su suelo para no ser víctima del
rejuego de intereses de captación de recursos estratégicos por parte de las
transnacionales.
El mundo está convulsionado, el Imperio no la tiene
toda consigo, las fuerzas emergentes constituidas por países en el mundo -y
sobre todo en América Latina - que buscan su posicionamiento y se presentan
como alternativas al capitalismo, que hacen denodados esfuerzos por
desparasitarse del vestigio capitalista y de la cultura de este perverso sistema
sociopolítico y económico que mutila toda creación e impide garantizar la vida
para las otras generaciones porque cercena la búsqueda de la convivencia
planetaria.
Venezuela es una nación que hubiese pasado
inadvertida, minimizada, de seguir con los gobiernos y con la clase burguesa
depredadora y entreguista, pero ya no todo fue, ni es igual con la presencia en
la palestra nacional de Hugo Chávez Frías cuyo legado no se puede colocar de
lado al analizar el pasado reciente, el presente y el futuro a largo plazo.
Lo cierto, es que hay puntos coincidentes en el
espectro de las filas revolucionarias: el bolivarianismo, el chavismo, el
socialismo, lucha contra la corrupción, contra la burocracia, entre quizás
otros, además están pendientes otros tópicos, pero lo real es que hay que estar
consciente que otra oportunidad no nos la dará el Imperio norteamericano, quien
subestimó el proceso bolivariano que se daba en el seno de la Fuerza Armada y
en el pueblo mismo y no hay que hacer grandes esfuerzos para deducir que en
otra ocasión no se supeditará al auge o no de la derecha proimperialista,
actuarán, meterán a todo mundo en cintura, y no se detendrá en detalles -para
ellos- como los Derechos Humanos.
Hay que abatizar el sectarismo, el fraccionalismo, la
prepotencia, la arrogancia, el falso debate generacional.
Hay que entender que no tenemos todo el tiempo del
mundo para buscar las coincidencias lo cierto es que hay que inducir, intuir,
identificarse, comprender los supremos intereses de la Patria; los ojos del
mundo, las esperanza de los pueblos y de los gobiernos están puesto sobre
Venezuela.
Cuando el mapa electoral en Venezuela se tiña
nuevamente de rojo diremos con la fuerza espiritual que nos guía: “El triunfo
electoral del 6 de diciembre tiene que ser en tu honor Comandante Chávez”.
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