Por: Prensa CIM
Fecha de publicación: 05/03/11
Fecha de publicación: 05/03/11
Comenzaré narrando brevemente parte de mi experiencia como profesor, que tiene que ver con esto. Y es que en el año 87 creamos en la UCV, en la sala C, una exposición con motivo del Bicentenario del nacimiento de Bolívar, que se llamó “3 culturas, una nación”; tema que después se llamará “El árbol de las tres raíces”, pero lo importante es que pudimos reunir en esa exposición las investigaciones que se habían hecho, no solamente en la Escuela de Antropología, sino en muchas otras facultades, para hacer una historia de Venezuela desde hace 15 mil años hasta hoy y es un proyecto en el cual trabajaron estudiantes de prácticamente todas las facultades de la UCV.
Esta exposición, a petición de las autoridades universitarias, se aprobó que fuese una estructura permanente y se llamó “El museo del hombre”. Quizás muchos de ustedes estuvieron en la UCV en esa época, no se acuerdan porque fue un secreto bien guardado, pero hicimos un programa de estudios para las escuelas del Distrito Federal y teníamos todos los días grandes grupos de niños que venían a la Universidad, no solamente a ver el museo, sino a ver una proyección que teníamos organizada, con videos que nos prestó el Instituto Nacional de Bibliotecas sobre todos los aspectos de la cultura venezolana.
Para hacer el cuento corto, el que era Vicerrector en esa época, que creo que era Balestrini, que lamentablemente murió y murió como dicen con “las botas puestas” en la universidad, me propuso que convirtiéramos ese museo en una especie de propedéutico para los estudiantes de la universidad. Es decir, todos los estudiantes, sobretodo quienes no eran de humanística, debían tomar ese propedéutico, porque él me explicaba: Mira, aquí tenemos un grave problema.
Por ejemplo, en la Facultad de Ingeniería, en ese entonces, se calcularon las compuertas para el Caño Mánamo, no sé si se acuerdan que ese caño se cerró para subir el nivel del agua en el Río Orinoco y evitar que el agua se fuera hacia el Océano Atlántico. Con un instituto de la Facultad de Ingeniería se hizo el cálculo de la compuerta. Las compuertas quedaron buenísimas, pero el daño social que eso causó a la comunidad de Waraos fue terrible, además del daño a los suelos, fue un desastre.
Entonces, él (el Vicerrector) me propuso que por qué no hacíamos una primera experiencia con la Facultad de Arquitectura y comenzamos con un foro donde se proyectó la película de Carlos Azpurua, “Caño Mánamo”. Se hizo el foro invitando a los mismos profesores de la Facultad que habían dirigido el proyecto de cálculo de las compuertas. Por supuesto, ellos nos dijeron “nosotros no tenemos nada que ver con eso. A nosotros nos pidieron que calculáramos las compuertas, eso hicimos y nos quedaron muy bien. Ahora, lo que pasó con eso: que se murieron los Waraos, que se acabó la ganadería, que los suelos se dañaron, eso no es problema nuestro, eso es problema de otra gente”.
Entonces, de allí nació la idea y el proyecto de crear este propedéutico para los estudiantes de la Universidad que entraran a la Institución, sobre todo de las facultades que no eran humanísticas.
Lamentablemente, el Rector que vino después descontinuó el proyecto y tuvimos que desmontar todo lo que nos había costado años de trabajo, no solamente a mí, sino el de todos los estudiantes que trabajaron.
Entonces, ¿cuál es la moraleja? que la única manera que la Universidad pueda efectivamente convertirse en un centro transformador de la realidad, es vincularse a través del trabajo con la sociedad, conocerla y transformarla.
Esto no es tan difícil, porque hace muchos años también, en República Dominicana, nos invitaron a trabajar en el proyecto de creación de una universidad, que se llamaba “La Universidad Central del Este”, la UCE. Que era una universidad privada, pero quienes la estaban programando era gente muy progresista.
Entonces, propusimos y así comenzó a hacerse en la universidad, la creación de un proyecto curricular donde los programas de estudio incluían una actividad que se podía hacer cuando se tuviera tiempo, no era parte de la misma formación del estudiante la existencia de lo que llamamos clínicas, clínicas que tuvieran que ver no solamente con problemas médicos, sino también con cuestiones legales, derecho, ingeniería, educación, es decir, que las universidades iban a tener centros en los barrios, no solamente para la enseñanza del estudiante, sino centros donde el estudiante iba a aprender cómo es que se plantea y se lleva a cabo el trabajo transformador dentro de las universidades.
Lo interesante de esto es que las comunidades tienen que ser parte integral de la formación del estudiante, no pueden ser algo volitivo, que sea cuando tenga tiempo, no, el estudiante tiene que ser formado para eso y, sobre todo, algo que es muy importante, es esencial que la universidad deje de ser un centro de enseñanza facultativo, es decir, que la formación del estudiante sea por líneas facultativas: sea ingeniero, odontólogo, médico, etc. No.
Creo que eso se tiene que hacer, incluso creo que ya se hace en la Universidad Bolivariana de Venezuela, una formación por programas. Esos programas tienen que ser de tipo transdisciplinario, o sea, que permita que no se forme un abogado, por ejemplo, que sepa solamente de leyes, códigos civiles, etc, sino que hay una gran cantidad de problemas que un abogado tiene que conocer.
Entonces, si de repente se hace un programa con un currículo que se puede organizar, según no solamente el interés de los estudiantes, sino el interés mismo de la sociedad venezolana. Entonces, de repente, necesitamos formar abogados que sepan y manejen el tema agrario o abogados que manejen el problema laboral. O, de repente, educadores e ingenieros sanitarios que puedan trabajar juntos ¿por qué?, porque el problema de la sanidad y la educación sanitaria es un problema cultural y un problema educativo, o sea, no es una cosa que el estudiante vaya a aprender cuando se gradúa y trabaja en un Ministerio, empezar a enterarse que son problemas que tienen muchas facetas que él tiene que dominar, sino empezar a reconocer a nivel universitario que la realidad es transdisciplinaria, que la realidad es transversal, que no es lineal.
Y entonces, el estudiante tiene que empezar a formarse de esa manera. Porque trabajar con las comunidades no es solamente ir un día y trabajar dos horas, no. Quienes hemos estudiando Antropología, sobre todo, sabemos que el contacto con las comunidades requiere, incluso, de una metodología y una serie de técnicas que permitan poder comprender las comunidades, poder comprender lo que piensa la comunidad y adaptar, junto con ella, los programas que se desean incluir para beneficio del colectivo.
Ahora, todo eso supone un repensar la función de la universidad, un repensar incluso la función de los mismos profesores, un repensar la misma estructura física de las universidades.
Por ejemplo, aquí en la ley (de Educación Universitaria), debe referir justamente a este tema de la interacción de las comunidades y la finalidad de la interacción, o sea, todo eso que les estoy diciendo felizmente está incluido en este articulado.
Pero, creo que no solamente debe estar incluido, sino que tiene que ser incluso propuesto en la parte introductoria de esta ley, porque eso es cubrir el problema. o sea, para transformar la universidad hay que comenzar a plantearse la universidad de otra manera, una manera que permita que tenga la suficiente plasticidad en su estructura curricular y académica como para poder adaptarse a todos los cambios y transformaciones que se dan en la sociedad.
Por ejemplo, viendo lo que se da todos los jueves en la Asamblea Nacional, nos damos cuenta de la importancia que tiene todo eso dentro de la construcción del Socialismo. Creo que todo lo que los Ministros han planteado en estas reuniones son como una cátedra de cómo construir el Socialismo, como plantearse la transición hacia el Socialismo. No sé si el Presidente lo pensó de esa manera, pero el hecho de haber organizado estas exposiciones por área y, aparte de todo, de una manera que uno pueda entender cómo están imbricados todos y cada uno de los proyectos de trabajo de los distintos Ministerios en una sola propuesta.
Pero, resulta que los egresados universitarios no están formados todavía para ese tipo de trabajo. Entonces, crear una sociedad socialista supone, por una parte, formar al estudiante dentro de una noción de la totalidad, quiero decir, que el estudiante no sea solamente estudiante de una Facultad, sino que el estudiante sea un estudiante de la Universidad, como totalidad, es decir, que su trabajo se vincule con el resto de la universidad, dependiendo, por supuesto, del tipo de programa al cual se adscribe.
Creo que este es un punto que debería, a mi juicio, ser discutido y pensado, porque el problema curricular de la universidad, la estructura académica de la universidad, es el problema más grave.
Incluso, planteaba una vez en un Consejo Universitario, el problema del gasto presupuestario es la misma estructura. Lo que causa el gasto universitario es la burocratización y la duplicación de programas que se dan dentro de estas universidades que están tan compartimentadas. La única manera de racionar el gasto universitario y de controlarlo, es precisamente creando una nueva estructura académica y eso hay que enfocarlo con mucha valentía.
Para terminar, sé que todo esto puede traer una gran cantidad de luchas y problemas, pero en la construcción de una sociedad nueva es natural que se den luchas y problemas, porque lo que se hace no es cambiar una cosa por otra, es la transformación de una sociedad por una nueva.
Y eso es combate, es lucha de clases y es lucha precisamente contra la derecha que trata de que esos procesos se detengan.-
(VIDEOS DISPONIBLES EN: http://www.aporrea.org/educacion/n176286.html)
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