“Quienes niegan o justifican el golpe de abril de 2002 muestran gran cinismo y cobardía”

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10.Abr.2011 / 02:00 pm /

Rangel era Ministro de Defensa en abril del año 2002

Prensa YVKE.- Los sectores derechistas de la sociedad venezolana que actualmente niegan su participación en el golpe de abril de 2002, evidencian gran cinismo y cobardía, aseveró este domingo el periodista venezolano José Vicente Rangel en su programa José Vicente Hoy.

“En el análisis de aquel histórico acontecimiento se observa hasta ahora un gran cinismo y cobardía por parte de quienes niegan haber participado en la aventura o de aquellos que la justifican tácitamente con argumentos despreciables”, deploró.

Rangel sostuvo que el golpe de abril tuvo la particularidad de que nadie ha asumido hasta ahora la responsabilidad de haber impulsado el ataque contra la Constitución Nacional, debido a que todos los participantes directos o relacionados, han eludido su implicación en la arremetida contra el presidente venezolano Hugo Chávez.

El periodista criticó de inmoral la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, luego de retornar el orden constitucional al país, instancia que calificó el golpe de Estado como un vacío de poder y que los responsables que protagonizaron el suceso tenían las mejores intenciones.

“El más alto tribunal de la República decidió, en sentencia increíblemente inmoral, que no hubo golpe de Estado sino vacío de poder y que quienes actuaron lo hicieron preñados de buenas

intenciones”, sostuvo.

Este lunes se cumplen 9 años de aquel fatídico 11 de abril de 2002, que además de haber sacado de Miraflores por 48 horas al Jefe de Estado Venezolano, se convirtió en una masacre contra el pueblo venezolano, que defendía el orden constitucional, así como a quien habían elegido como presidente del país.

En ese deplorable suceso participaron medios de comunicación privados, partidos políticos, empresarios, la jerarquía eclesiástica y militares del alto mando de la Fuerza Armada Nacional de aquel entonces, todos ellos dirigidos por el gobierno de los Estados Unidos, con el apoyo de otros países y organismos internacionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Los grupos ultraderechistas que protagonizaron el atentado, derogaron inmediatamente la Constitución Nacional, cambiaron el nombre de República Bolivariana de Venezuela, destituyeron todos los altos cargos del Estado y desataron una terrible represión social contra los leales al presidente Chávez.