LA FRASE RADICAL DEL DÍA, PARA LA CONFRONTACIÓN

“Yo les he dicho que elijan a su candidato o candidata, pero igual los vamos a barrer”. Hugo Chávez (Palacio de Miraflores en Caracas, 13 de abril del año 2011)

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lunes, 31 de enero de 2011

La triste condición de la inmensa mayoría de profesores universitarios

Por: José Sant Roz
Fecha de publicación en APORREA: 28/01/11 


En el presente perfil que hago de un profesor universitario venezolano, por su puesto, que exceptúo a catedráticos como don Pedro Durant, Carlos Domingo, Luis Hernández, Francisco Rivero, Carlos Chalbaud o Alberto Serraval, y otros muchos colegas de elevadas condiciones intelectuales y académicas que por largos años han tenido que sufrir la tiranía de la mediocridad de los equipos rectorales de nuestras universidades. 

Un profesor Universitario en Venezuela es un ser sin atributos. Inculto, adocenado. Envuelto en una atmósfera de tedio y tristeza, y que resume lo peor del espíritu pequeño-burgués (sobre todo cuando se dicen de izquierda o “revolucionarios”), y que no pierde la esperanza de verse un día orlado con las supremas preseas que reparten esos buitres togados y mafiosos de nuestros cuerpos Rectorales. 

Respirando siempre un profundo recelo hacia todo aquel que tiene pensamientos propios. Nuestro universitario se pliega siempre por la posición del hombre medio, vulgar, simpático (chistoso), que carece de espíritu creador.

Un profesor universitario es reaccionario por naturaleza, y le tiene horror a cualquier cambio. Piensa que los cambios pueden afectarle peligrosamente su estatus, y sobre todo el bolsillo.

El típico profesor universitario es un hombre corriente cuya inteligencia tiende a deteriorarse rápidamente (pues uno de sus deseos es jubilarse y dedicarse a otra cosa que nada tenga que ver con pensar y estudiar). Un ser sin esencia ni destino. Apagado, imbuido en los pequeños quehaceres de sus clases docentes y de sus reducidos espacios laborales, con la mente puesta en algún bono extra que sin duda le llegará, por vía de los paros y “huelgas de cerebros caídos”. Cuando no se lanza a figurar como candidato a algo, se refugia bajo la férula de algún cacique atrevido y descarado que vive a la caza de altos cargos, pues el cacique que busca encumbrarse requiere del apoyo de muchos parásitos.

Siempre pendiendo, digo, de algún carcamán: De los viejos y deformantes esquemas, de los grupos que se reparten las colocaciones y el poder. Por excelencia un ser egoísta pero de pequeñas miserias, y sin capacidad para la generosidad o para prestar servicio social alguno. Temeroso y apocado, permanentemente con el rabo entre las piernas suspirando por una casita en la playa y hacer un crucero cada dos años... Estudiando para que lo sepan los demás, no para entender el mundo ni ayudar a sus semejantes, ni cultivar su talento.

Ahora bien, ¿a quién podría EDUCAR un hombre así, superficial, que teme asumir compromisos consigo mismo y con sus semejantes? No hay absolutamente nada humanista en estos seres: Ábralos, auscúltelos, penétrelos hasta más allá de los tuétanos y no encontrará nada. Éstos, en verdad que no tienen alma. Sin una voz propia, sin un destino, nada del verbo encarnado. Porque el humanismo no llega por los libros ni las computadoras ni se puede aprender de memoria, sino como dice Fernando Savater, que se contagia. “Y mal pueden contagiar la enfermedad divina quienes no la padecen”.

Y por ello, unos diez ladrones, entre cinco mil profesores, lo controlan todo, porque estos tíos lo único que saben hacer bien, es tomar las debidas precauciones para transgredir como le viene en gana a la moral, a la academia y a la autonomía. Uno no puede encontrar en ese mundo de lánguidas almas un ser solidario para avanzar hacia algún cambio humano. Me he cansado de buscarlo inútilmente, por lo que los ladrones cada vez se sienten más seguros en sus sitiales, incólumes, inamovibles. Con mi única arma, la palabra escrita, aquí les paso mi cuenta.


Twitter- @jsantroz

FENASINPRES se reunió con la Ministra Yadira Córdova

 Publicado: 29-01-11
http://www.fenasinpres.org/opinion_mostrar.php?id_not=2283

Caracas, 25-01-11

[Ministra Yadira Córdova y Luis Damianni] Luego del foro convocado por el Diario Ultimas Noticias, la Junta Directiva Nacional de la FENASINPRES y sus Sindicatos afiliados sostuvieron una reunión de trabajo con la Ministra Yadira Córdova y el Viceministro de Políticas Académicas Luís Damianni. La misma se dió bajo un clima de cordialidad donde los representantes gremiales y las máximas autoridades ministeriales intercambiaron opiniones y puntos de vistas en torno a la transformación universitaria y el debate nacional instruido por el comandante presidente Hugo Chávez, debate que debe ser asumido por todos los sectores políticos, pues se trata de discurrir sobre la visión que se tiene y exige el país.

En ese sentido, el presidente de la Federación, profesor Telémaco Figueroa le expresó a la profesora Yadira Córdova el impulso y la incorporación del gremio socialista al debate nacional de la Ley de Educación Universitaria, compromiso expresado públicamente el sábado 22 de enero en un diario de circulación nacional.

[Ministra Yadira Córdova, Luis Damianni y la FENASINPRES] Así mismo, el vocero de la FENASINPRES le manifestó a los representantes del ministerio la urgente necesidad de continuar con la aplicación del Reglamento de Ingreso, pues ya se había iniciado el procedimiento especial estipulado en el artículo 76 y resta, entre otras cosas, autorizar a las Comisiones de Modernización y Transformación (CMT) para que designen las Comisiones Organizadoras de Concursos; y proseguir con las discusiones para la elaboración de los instrumentos y el plan de formación nacional que se venia realizando entre el MPPEU y la Comisión de la FENASINPRES. La Profesora Yadira Córdova expresó a todos los asistentes que ella es una aliada y está convencida de la necesidad de continuar con el proceso de concursos y se comprometió a enviar a las CMT, antes de finalizar el mes, una comunicación para que se continúe aplicando las disposiciones transitorias previstas en el Reglamento.

Seguidamente, Figueroa planteó el tema de las reivindicaciones económicas y el necesario ajuste que el Gobierno Nacional debe realizar a fin de evitar se continúe deteriorando el salario de los docentes y en general de los trabajadores universitarios, además de activar la comisión para iniciar la discusión de la I Convención Colectiva Unitaria FENASINPRES-FETRAUVE – FENASTRAUV, de la cual tiene conocimiento el MPPEU, pues el colectivo afiliado a estas federaciones le entregó al Profesor Edgardo Ramírez dicho proyecto, en marzo de 2010. Al respecto la Ministra Córdova anunció que ya había realizado las consultas a los niveles y entes respectivos y que estaba a la espera de los lineamientos adecuados para iniciar la discusión del Convenio Colectivo y el ajuste salarial.

[La FENASINPRES y sus sindicatos en pleno] Finalmente, se le solicitó a la ciudadana ministra la necesidad de abordar con premura el estudio financiero que permita darle continuidad a los Programas Nacionales de Formación (PNF), pues son muchos los IUT/CU/UPT que requieren con urgencia que el ministerio les amplíe sus cuotas presupuestarias a fin de atender la gran cantidad de estudiantes que han ingresado durante los 3 últimos años a estas instituciones universitarias como respuesta a la política de inclusión social delineada por el Ejecutivo Nacional. Al respecto la Profesora Yadira Córdova se compremitió a evaluar a fondo el planteamiento y realizar las gestiones necesarias que permitan dar respuestas apropiadas, siempre dentro del marco de las planificaciones ministeriales.

Sentir Bolivariano Educación Universitaria: bienvenido el debate

Por: Adán Chávez Frías
Fecha de publicación: 30/01/11
http://aporrea.org/educacion/a116728.html
La Nueva Ley Orgánica de Educación (LOE), define en su Artículo 32, la Educación Universitaria considerando, por supuesto, los principios constitucionales. Establece que en este subsistema educativo se profundiza la formación integral y permanente de los nuevos(as) ciudadanos(as), de tal manera que sean críticos, reflexivos, sensibles y comprometidos social y éticamente con el desarrollo del país. 
 
Especifica que la educación universitaria tiene como función “…la creación, difusión, socialización, producción, apropiación y conservación del conocimiento en la sociedad, así como el estímulo de la creación intelectual y cultural en todas sus formas. Su finalidad es formar profesionales e investigadores o investigadoras de la más alta calidad y a auspiciar su permanente actualización y mejoramiento, con el propósito de establecer sólidos fundamentos que, en lo humanístico, científico y tecnológico, sean soporte para el progreso autónomo, independiente y soberano del país en todas las áreas…”. Y acota claramente que: “…La Ley del subsistema de educación universitaria determinará la adscripción, la categorización de sus componentes, la conformación y operatividad de sus organismos y la garantía de participación de todos y todas sus integrantes”

Por otra parte, es importante recordar que el Articulo 109 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), establece que “…El estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permita a los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación… Las Universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio, bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley… Las universidades nacionales experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley”. 

Entonces, eso es precisamente lo que plantea la propuesta de ley para la Educación Universitaria. Digan lo que digan los representantes de los sectores más reaccionarios de la oposición, se especifica la manera de garantizar la formación integral de los nuevos profesionales e investigadores que serán los que asegurarán el progreso autónomo, independiente y soberano del país. Una formación humanista, para la solidaridad y la participación protagónica y auténticamente democrática, con unas normas internas del gobierno universitario, “… bajo el control y vigilancia que a tales efecto establecerá la ley”

Es por ello que, bienvenido el debate en todos los espacios, pero es importante acelerarlo, para que lo más pronto posible se pueda aprobar definitivamente la ley específica para la Educación Universitaria. Es esto lo que permitirá la transformación definitiva de la Universidad tradicional, la cual continúa dominada y deteriorada por el modelo neoliberal con el que ha convivido durante largos años. Este deterioro se manifiesta, entre otras cuestiones, por el bajo nivel intelectual y espiritual de sus cuadros directivos y administrativos,  por la mediocridad y el compadrazgo imperante, por el ocio improductivo bien remunerado, por la adhesión al sistema clientelar de buena parte del profesorado, por el mal ejemplo que deriva de las actuaciones de algunos profesores y por la burocracia universitaria; y también, por la acción nociva de dirigentes políticos contrarrevolucionarios, en el seno de las universidades más tradicionales. Todo ello genera incapacidad, mal uso de los recursos e incitación al amiguismo; a desviar la universidad de su misión más auténtica o a distorsionar esa  misión por la aplicación de criterios economicistas y utilitarios, cuya sujeción a doctrinas capitalistas y proimperialistas, no se compagina con un pensamiento verdaderamente académico, crítico y comprometido con la justicia social. 

Por lo tanto, no es cierto, como plantean algunos “pensadores” de derecha, que la Universidad es “neutra”. La tradicional obedece, sin duda, al modelo capitalista, con sus viejos currículos, que estimulan el individualismo, el egoísmo, la exclusión, la formación universitaria como un élitesco “ascenso en el escalafón social”. La nueva universidad, la que debemos terminar de diseñar e institucionalizar a través de la Ley en discusión, tiene que ser la universidad para la inclusión, la solidaridad, la participación, aquella que no se sienta como patrimonio de una élite “intelectualoide”, sino que realmente pertenezca al pueblo, para que como dijo el CHE Guevara, se pinte de negro, de mulato, de obrero, de campesino. Es el proyecto de Universidad Popular que adelanta el Gobierno Bolivariano, con experiencias ya exitosas como la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). 

Otro punto polémico es el de la autonomía universitaria. Se comparte plenamente  la definición establecida en el  citado artículo 109 de la CRBV, recordando nuevamente que dicha  autonomía estará “… bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la Ley”. O sea, que  como se ha dicho en otras oportunidades, la mencionada autonomía universitaria no es, como desean algunos sectores reaccionarios y minoritarios que hacen vida en nuestras universidades, para administrarlas como si fuese una hacienda de su propiedad, sin control de ningún tipo y cometiendo toda clase de desmanes, como por ejemplo, aprobar reglamentos internos que contradicen y violan, en algunos casos, hasta la Ley de Universidades aún vigente. Una nueva ley debe entonces, de acuerdo con la constitución, establecer los mandatos necesarios para que las universidades sean, con el sentido real de la autonomía, ejemplos en el ejercicio de la democracia, la equidad, la justicia social, la solidaridad, la calidad académica, y principalmente, en la ética académica, la cooperación y la auténtica libertad de pensamiento. Lo ratifica la nueva LOE, cuando en su artículo 32 reconoce que el principio de autonomía “…se materializa mediante el ejercicio de la libertad intelectual, la actividad teórico-práctica y la investigación científica, humanística y tecnológica, con el fin de crear y desarrollar el conocimiento y los valores culturales…”. 

Por otra parte, la nueva ley de Educación Universitaria debe ratificar y asumir de igual manera, los artículos 102 y 103 de la mencionada Constitución Bolivariana. Recordemos que el primero de éstos, además de considerar la educación como un derecho humano y un deber social fundamental, como indudablemente democrática, gratuita y obligatoria; resalta el deber del estado de asumirla como “función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad…”. También, que la Educación Universitaria se debe considerar como “un servicio público” y “…fundamentada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad, en una sociedad democrática, consciente y solidaria en los procesos de transformación social, consustanciados con los valores de la identidad nacional y con una visión latinoamericana y universal…”. De igual manera, el artículo 103 plantea que la gratuidad de la educación se haga efectiva “…hasta el pregrado universitario…”, es decir, hasta que el estudiante universitario obtenga su título profesional.  

En definitiva, el debate continúa; y nosotros los socialistas, seguimos en la lucha por lograr en poco tiempo, esa Universidad que define hermosamente nuestra Constitución: la de la participación, de la inclusión, de la solidaridad, del humanismo, de la justicia social; la Universidad Popular!!… 

¡Patria Socialista o muerte!

¡¡Venceremos!!

viernes, 28 de enero de 2011

LÍNEAS ESTRATÉGICAS DE ACCIÓN POLÍTICA (ENERO 2011-DICIEMBRE 2012)

PARTIDO SOCIALISTA UNIDO DE VENEZUELA.
PRESIDENCIA.
LÍNEAS ESTRATÉGICAS DE ACCIÓN POLÍTICA.
ENERO 2011-DICIEMBRE 2012.

I. Introducción.

Los próximos dos años serán cruciales para la Revolución Bolivariana. Así debe asumirlo la militancia y la dirigencia del PSUV y de nuestros aliados. Lo que está en juego es la posibilidad de avanzar en la profundización democrática de la sociedad venezolana para seguir abriendo los caminos hacia el horizonte socialista o retrogradar al pasado oscurantismo capitalista que impusieron el Imperio y la burguesía al pueblo de Simón Bolívar.

En este instante, el Imperio y sus lacayos trabajan por restituir el orden neocolonial de dominación. La Revolución Bolivariana y los gobiernos democráticos y populares reunidos en la Alianza Bolivariana para Nuestra América (ALBA) han sido amenazados directamente por la ultraderecha norteamericana, las fuerzas de ultraderecha a nivel mundial y por los terroristas del fascismo latinoamericano, en el encuentro denominado “Peligro en Los Andes”, realizado recientemente en el Capitolio Federal de los Estados Unidos.

En el ámbito nacional, podemos destacar los resultados del 26 de septiembre del 2010 que nos permitieron preservar una amplia mayoría en la Asamblea Nacional para el período
legislativo 2011-2016 y las importantes victorias obtenidas en las elecciones regionales, parciales, de diciembre del mismo año. No obstante, es necesario reconocer las fallas y limitaciones político electorales, que permitieron que la derecha opositora conquistara un número de escaños en el parlamento y preservara algunos gobiernos locales.

Por otra parte, el efecto del cambio climático generado por el modelo de acumulación capitalista causó una tragedia natural en nuestro país, agravando la situación de pobreza estructural en la cual vive un porcentaje de nuestro pueblo,  pesar del significativo descenso de la misma en la década bolivariana. Tal situación supone, en el corto plazo, un  desafío para la Revolución Bolivariana.

Es en este contexto, que el líder de la Revolución Bolivariana, Comandante Hugo Chávez, ha trazado la orientación general de las 3R²: Revisión, Rectificación, Reimpulso, Reunificación, Repolitización y Repolarización, la cual implica el reconocimiento de nuestros logros y de nuestras ventajas estratégicas frente al adversario, pero también de un conjunto de errores, deficiencias y obstáculos que podrían dificultar el logro del objetivo estratégico, que no es otro que consolidar el camino de la Revolución Bolivariana en su avance hacia el Socialismo.

Nuestro reto inmediato es identificar esos obstáculos, combatirlos y superarlos para lograr la reunificación de todos los sujetos sociales y políticos que comparten los objetivosestratégicos y los valores sustantivos de la Revolución Bolivariana, rumbo a la conformación del Gran Polo Patriótico.

El actual momento político y social exige de la militancia y de la dirigencia del PSUV audacia y honestidad para reafirmar y defender nuestros logros: la politización de la sociedad y el protagonismo popular, la inclusión social y el avance progresivo en la satisfacción de las necesidades humanas, la elevación de la conciencia de nuestro pueblo y el gran logro de la reconquista de la Independencia Nacional; pero también para encarar los problemas de diversa índole que afectan a nuestra organización: la burocratización, el oportunismo, el sectarismo, entre otros. Ignorarlos o subestimarlos sólo contribuiría al debilitamiento del partido y, por ende, del futuro de la Revolución.

La coyuntura exige voluntad y claridad políticas, necesarias para vencer la inercia y la dispersión y reafirmar el ímpetu revolucionario que debe tener nuestra organización. Pero  sobre todo, nuestro reto es la unidad inquebrantable, la disciplina revolucionaria y la lealtad a los principios de la Revolución.

Es fundamental, en esta etapa, recuperar, reagrupar, rearticular las fuerzas dispersas, desmovilizadas, desmoralizadas o confundidas por el adversario o por nuestros errores.

Nuestros adversarios nos prefieren dispersos, desunidos y enfrentados en diatribas estériles, porque saben que ése es el camino más expedito para intentar poner freno al avance de las fuerzas democráticas revolucionarias.

Nuestro trabajo como organización debe partir del principio estratégico de una profundización democrática de la sociedad venezolana, que nos permita el debilitamiento progresivo de voluntad y claridad políticas las fuerzas antidemocráticas, reaccionarias y apátridas de la contrarrevolución. Para ello, es necesaria la combinación de un conjunto de políticas y tácticas, que neutralicen la reproducción de su ideología y logren para nosotros la recuperación de los espacios territoriales perdidos, así como consolidar, reforzar y ampliar los terrenos y posiciones ya tomados, incrementando nuestra base social de apoyo
para la consolidación estratégica de la Revolución Bolivariana.

Este documento, como continuidad de las discusiones desarrolladas y los documentos y estatutos aprobados en el I Congreso Extraordinario del Partido, se orienta a la apertura de un gran debate en nuestras propias filas, en las filas aliadas y en el seno del pueblo, que concluya con un Plan de Acción para los próximos dos años, con el fin de garantizar nuevas e importantes victorias populares en las contiendas electorales del año 2012, en el marco del Bicentenario del inicio de la lucha por nuestra Independencia Nacional.

II. LÍNEAS ESTRATÉGICAS DE ACCIÓN POLÍTICA.
Este documento base contiene las líneas políticas de acción para acometer las tareas por venir:

1. De la “cultura política capitalista” a la militancia socialista.

El triunfo electoral de la Revolución Bolivariana en diciembre de 1998, y su posterior avance, se produjeron por encima de muchas de las estructuras partidistas entonces existentes, tanto de derecha como de izquierda, casi todas atravesadas por la “cultura capitalista” de apropiación y uso del poder político, cuyo origen es el modelo rentista petrolero que penetró el alma nacional.

Esta “cultura capitalista” se expresa en el hecho de considerar que pertenecer a un partido equivale a “invertir” en él, a través de sus contribuciones financieras o con su trabajo militante, y que esa “inversión” debe ser “recompensada” o “remunerada” con puestos, cargos, prebendas o influencias en el Estado, en el terreno de los negocios o en el mismo partido.

La fortaleza de la Revolución Bolivariana se sustenta, en buena medida, en la voluntad del máximo liderazgo de la Revolución, de enfrentar esta “cultura capitalista”, favoreciendo el contacto directo con el pueblo, interpelándolo, pero sobre todo dejándose interpelar por él, convirtiéndose en una suerte de intérprete de las demandas  las aspiraciones populares, dándole voz a los que nunca la tuvieron y haciendo visibles a los invisibles, a los marginados, a los olvidados y explotados.

Luego de las rebeliones militares – populares del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre de 1.992, hijas de la rebelión popular del 27 de febrero de 1.989, y del proceso posterior de movilización popular liderados por el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, la Revolución Bolivariana optó por la lucha electoral, y se hizo necesaria dotarla de un
instrumento político electoral, el Movimiento V República, para lograr que aquella enorme masa popular en movimiento tuviera la cohesión, disciplina y eficiencia electoral necesarias para derrotar a la oligarquía y sus partidos. Hoy, al PSUV le toca ejercer esa función y ser  vanguardia en el proceso de construcción y defensa de la Revolución Bolivariana y Socialista.

Sin embargo, a pesar de haber logrado preservar una amplia mayoría en la Asamblea Nacional en las últimas elecciones parlamentarias, los resultados pusieron en evidencia algunas fallas en el funcionamiento del PSUV y su vinculación con la base social de apoyo a la Revolución.

Entre las posibles causas de esta situación, podemos verificar, en mayor o menor medida, algunas actitudes o desviaciones características de los partidos tradicionales, tales como el burocratismo, el oportunismo, el sectarismo, el nepotismo y el gradual alejamiento de la base social bolivariana, resultantes de la persistencia de la “cultura capitalista” en el seno de la sociedad.

Esta cultura es reproducida a lo interno del Partido, y se expresa en que algunos sectores lo conciben como un medio para el “ascenso social” de los y las militantes con esponsabilidades de dirección a distintos niveles. Algunos camaradas se consideran líderes absolutos e indiscutibles en sus espacios, y asumen la discrecionalidad de excluir del
Partido, y hasta de la Revolución, a quienes se atrevan a diferir o a disentir de ellos y ellas.

De acentuarse este tipo de comportamiento, el PSUV podría terminar convertido en un partido/iglesia, una suerte de “guía de las masas incultas”, que considera a sus militantes y a las diversas formas de organización popular como simples correas de transmisión de la línea indiscutible de los nuevos “sacerdotes”. De seguirse este camino, estas prácticas debilitarán la base social de apoyo a la Revolución Bolivariana.

Es por ello, que el Comandante Hugo Chávez, Presidente del Partido y líder de la Revolución, hace un llamado a las 3R², orientadas a revertir los efectos perversos de estas conductas. En este sentido, toda la dirigencia y la militancia del Partido debe comprometerse, de la manera más disciplinada, en la concreción de las 3R², desde los distintos niveles de dirección hasta la militancia de base. Pero serán las bases del Partido las protagonistas de este proceso. No será una rectificación “desde arriba”, sino fundamentalmente desde las bases.

2. Convertir la maquinaria en un Partido-Movimiento al servicio de las luchas del pueblo.

Las circunstancias en que se desenvuelve la Revolución Bolivariana, pacífica y democrática, hacen necesaria la existencia de un partido que asegure la movilización electoral, pero, principalmente, la formación ideológica, la coherencia y la sincronización de las acciones populares (ofensivas y defensivas).

El Partido tiene que ejercer su función como “maquinaria electoral”, pero, principalmente, como instrumento para la transformación de la sociedad, desde los sistemas de dirección y gestión general del país hasta la cotidianidad ciudadana.

Sin embargo, debemos reconocer que en el PSUV, se ha venido produciendo una imposición de la lógica de la maquinaria, donde se concibe el hecho electoral como un fin
en sí mismo, y no como una tarea en la lucha por democratizar radicalmente la sociedad venezolana. La amplia base social de la Revolución termina instrumentalizada bajo la forma de “masa de maniobra” electoral en cada proceso, y lo que es peor, con formas organizativas que cada año se redefinen en función del mismo, perdiendo por ende su condición de sujeto de la Revolución.

En el ámbito interno, es necesario reconocer que las aspiraciones de la militancia por lograr la democracia interna, en cierto modo, han sido frustradas por algunos militantes con cargos de dirección o de gobierno, los cuales manejan recursos y gestionan cuotas de poderpara imponer a sus lealtades personales por encima de los auténticos liderazgos populares, leales a los principios revolucionarios.

Esta situación obliga a una profunda revisión de los mecanismos de selección de nuestras autoridades y de nuestros candidatos y poner en una balanza sus ventajas y desventajas.

La dinámica del Partido se agota en la gestión administrativa de lo político, se concentran muchas energías en reuniones de información y coordinación, en elecciones primarias para cualquier cosa, desperdiciando muchas reservas de energía que deberían estar en el terreno, en las comunidades, junto con el pueblo.

Este confinamiento del Partido en sí mismo, conduce al progresivo alejamiento de la cotidianidad del pueblo, al desconocimiento de sus demandas y problemas. El Partido comienza a concebirse como un ente separado y superior al pueblo que debe “conducir”, y el trabajo revolucionario cotidiano, junto con las masas populares, es sustituido, en ciertos casos, por una especie de “contienda electoral”. Todo lo cual provoca un profundo sentimiento de rechazo hacia ese tipo de prácticas.

El Partido-Movimiento y la satisfacción de las necesidades humanas:


Es necesario establecer objetivos concretos, sobre el terreno, dentro del proceso real de transformación de la sociedad hacia el Socialismo. Se trata de trabajar junto con el pueblo, en su lucha diaria por transformar sus condiciones materiales de vida y la satisfacción de sus necesidades humanas.

En este sentido, el accionar del Partido deberá orientarse, inmediatamente, a las actividades vinculadas a la construcción de la nueva institucionalidad democrática, entendida ésta como nuestra militancia viviendo en el seno de cada espacio social para canalizar las demandas y aspiraciones del pueblo.

Esta política de alianzas con movimientos sociales, colectivos y organizaciones populares es apenas un primer paso para avanzar en el proceso de recuperación y rearticulación de fuerzas. Más allá, el objetivo es sumar para la causa revolucionaria a sujetos sociales y sectores de la población que se mantienen al margen de la política.

El escalón fundamental de la Revolución Bolivariana se sitúa hoy en lo local (en lo municipal, en lo parroquial y especialmente en cada comunidad). Es allí, en las comunidades urbanas y rurales, donde chocan más directamente los intereses “apropiadores” y representativos de la vieja “cultura capitalista” partidist a contra los esfuerzos socialistas, participativos y protagónicos populares. Es allí donde se construye el Poder Popular, la toparquía planteada como tesis por el Maestro Simón Rodríguez. Es allí, donde se gana o se pierde la base social de apoyo a la Revolución.

En el corto plazo, nuestro principal campo de batalla para lograr concretar el Socialismo es el ámbito donde viven los sujetos sociales: el espacio territorial. Para ello, el PSUV debe dotarse de una estructura estable político territorial de dirección que comprenda los estados, los municipios, las parroquias, las comunidades y sus sectores específicos.

3. Convertir el Partido en un poderoso medio de propaganda, agitación y comunicación

No hay mejor propaganda que la completa imbricación de la militancia del Partido con las masas populares. Es el contacto directo permanente, es la lucha cotidiana, orientada a la resolución de problemas concretos, la que determina la manera como es percibido el Partido por el pueblo.

No obstante, la maquinaria del Partido con la fuerza de la que dispone, debe estar puesta al servicio de una audaz política propagandística, que al mismo tiempo, difunda de manera masiva los lineamientos tácticos y estratégicos y sirva de proceso de formación políticoideológica, pero sin perder nunca el anclaje en lo local. La propaganda también debe girar en torno a los problemas concretos de las comunidades.

Debe ser recuperada la idea de la propaganda, entendida como un poderoso factor de movilización, utilizando su elaboración, reproducción y distribución como un elemento ara la activación y moralización permanente de nuestras fuerzas.

El Partido debe retomar su papel de agitador de las masas populares, sobre todo en aquellos territorios controlados por la oposición, sin obviar la labor contralora que debe ejercer a
todos los niveles, gobernados por nosotros.

De la misma manera, es necesario tener conciencia de que la política no se hace sólo desde las pantallas de la televisión, sino que deben multiplicarse formas diversas de comunicación popular, sin descartar ningún método, por más rudimentario que pueda parecer.

Buena parte del esfuerzo propagandístico debe estar dirigido al 56,5% de la población venezolana, que tiene 29 años o menos.

4.- El PSUV como plataforma del desarrollo y fortalecimiento del Poder Popular:

El Comandante Hugo Chávez ha hecho reiterados llamados al Partido, a los fines de establecer una amplia política de participación y de interpelación popular, orientada al impulso del control popular de la gestión gubernamental en todos sus niveles.

Esta política de interpelación popular es una de las tareas principales de los y las militantes del PSUV: reconocer, organizar y viabilizar las amplias demandas sociales acumuladas en nuestra sociedad, para que se encuentren soluciones sostenibles, en el marco de la lucha por la construcción del Socialismo Bolivariano.

Es preciso reconocer que esta tarea ha sido, en muchos sentidos, descuidada por el PSUV, en parte presionado por circunstancias propias de nuestro proceso político, en parte como consecuencia de una valoración errada de la relación entre el pueblo, el Partido y el gobierno. Un partido desvinculado de las luchas del pueblo y sus demandas, es un partido que ve seriamente limitada su capacidad para servir de instrumento motorizador de la transformación socialista de la sociedad.

De esta manera, se reconoce como una cuestión de primerísimo orden, a partir de este momento, profundizar y consolidar los vínculos entre el Partido y las masas. Para consolidar estos vínculos, es fundamental que los sectores opulares se reconozcan en el Partido, es decir, el Partido no puede ser identificado como una suerte de apéndice del Estado, sino como un instrumento que acompaña al pueblo en sus luchas y en la construcción del Poder Popular.

El Partido debe visibilizar y canalizar las crecientes y variadas demandas insatisfechas del pueblo, interpelando junto a él a todas las instituciones y organizaciones públicas o privadas que puedan afectar, negativa o positivamente, el acceso a la satisfacción de las necesidades humanas.

Para estos efectos, se propone que las Patrullas Socialistas del PSUV, impulsen la conformación de movimientos locales en torno a Bases de Patrullas y Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir, cuya gestación pudiera tener lugar en el marco de la celebración de los Consejos Bicentenarios del Poder Popular, que se proponen más adelante en este documento.

Las Bases de patrullas y Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir

Pero más allá de éstas, las Bases de Patrullas y Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir pueden surgir como instrumentos para organizar y movilizar a las comunidades en torno a problemas específicos, en la búsqueda de su solución colectiva.

Aún donde no hay organización social a la cual pueda integrarse, las Bases de Patrullas Y Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir, existen circunstancias comunes de penuria, necesidad y anhelos que unen a las comunidades, y que muchas veces se expresan de manera dramática y urgente.

Estas necesidades deben ser identificadas y abordadas tempranamente, y a partir de ellas, de la implicación en la organización y motorización de estas demandas para lograr
respuestas del Estado, establecer las bases de la organización social necesarias para crear las REDES DE LUCHAS POPULARES Y DEL BUEN VIVIR, en el seno del poder popular.

Las Bases de Patrulla y Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir

En otro aspecto de la movilización popular, el Partido debe desarrollar la tesis robinsoniana del Pueblo Legislador, orientando a la mayoría revolucionaria que conforma nuestro
Bloque Patriótico y Socialista de diputados y diputadas en la Asamblea Nacional, para que se constituya en uno de los impulsores del proceso de transformación socialista, a partir del desarrollo de una agenda legislativa radicalmente democrática, que permita desmontar progresivamente el andamiaje de la dominación burguesa sobre nuestro pueblo.

Esta agenda legislativa, en buena parte, deberá surgir desde la iniciativa popular discutida en las Bases de Patrulla y Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir, liderada por el Partido y otras fuerzas políticas y sociales de la Revolución.

5.- La Constitución del Gran Polo Patriótico: una audaz política de Repolarización.
apueste por los cambios democráticos y revolucionarios de la sociedad venezolana, rescatando el espíritu nacionalista y libertario que hace 200 años animó la lucha de pueblo enezolano para darse una Patria Soberana, se propone:

1.-

a) Debatir ampliamente y aprobar un plan de construcción del Socialismo en lo concreto.
b) Impulsar la creación de las Bases de Patrullas y Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir, cuyo propósito sería el pleno ejercicio de la contraloría social de la gestión de gobierno y proponer soluciones, así como protagonizar la denuncia y el combate a la explotación concreta del capitalismo (depredación ambiental, estafa, atropello laboral, especulación, etc.) y su superación, a través de medidas y políticas socialistas.

Una vez culminado el tiempo de conformación de los Consejos Patrióticos Bicentenarios, realizar Consejos Patrióticos Bicentenarios a escala estadal, con los mismos propósitos.

Simultáneamente al desarrollo de estos Consejos (o posterior a estos), se pueden realizar Consejos Patrióticos Bicentenarios Sectoriales (economía y sus cadenas productivas), frentes sociales (trabajadores, educación, salud, campesinos, mujeres, afrodescendientes, personas con discapacidad, pobladores, buhoneros, motorizados, jóvenes, ambiente, comunicación), y otras formas de organización social tales como los Consejos Comunales, entre otros.

Un proceso de este tipo crearía las condiciones para reunificar y, sobre todo, ampliar la base popular que sustenta a la Revolución (obreros, campesinos, pobladores, estudiantes) y para lograr alianzas con sectores patrióticos de la clase media profesional, de la cultura, del deporte y de pequeños y medianos empresarios honestos.

Este amplio proceso de planificación participativa e inclusiva a escala nacional, centrada en luchas y demandas concretas de las comunidades y no en abstracciones discursivas, podría constituir, en el corto plazo, un viraje estratégico en la ampliación de la correlación de fuerzas favorables a la Revolución Bolivariana.

En el Gran Polo Patriótico, el Partido debe ser el más activo  participante del gran esfuerzo de unir a los patriotas venezolanos y venezolanas en la gran tarea de defender la Independencia y la Soberanía Nacional y Popular como única garantía de lograr una sociedad donde el pueblo venezolano garantice la plena satisfacción de sus necesidades humanas.

¡¡¡ EL PSUV VA A LA CALLE, A LA CARGA, A LA VICTORIA. !!!


Soldados!: Lo que se ha hecho no es más que un preludio de lo que podéis hacer.”. (Cuartel General de los Potreritos Marrereños, 3 de abril de 1819. Preparaos al combate, y contad con la Victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas y vuestra bayonetas. Simón Bolívar
Así culmina la proclama que el Libertador Simón Bolívar, dirige a los 150 lanceros que destrozaron al ejército español de Pablo Morillo, en las Queseras del Medio, en el bravío territorio del Apure.
Mujeres y hombres de nuestro pueblo, obreros y obreras, campesinos y campesinas, pescadores y pescadoras, indios e indias, afrodescendientes, estudiantes y juventud patriótica, profesionales, cultores y cultoras, soldados de la Patria, emprendedoras y emprendedores, deportistas. Todas y todos, hijas e hijos de Simón Bolívar, inspirémonos en él y tengamos conciencia de que lo que hemos logrado en esta década no es sino el preludio de lo que conquistaremos en la década que comienza.

Iniciemos, con este documento, el debate que nos dote de las políticas y acciones necesarias para el reimpulso definitivo de la Revolución Bolivariana.

Demostremos que llevamos en la sangre y en el alma, el coraje de los Libertadores de Suramérica y démonos una Patria Soberana y Socialista donde vivamos todos con justicia, con dignidad y con bienestar.
Doscientos años después, la lucha es la misma: COLONIA O INDEPENDENCIA. LOS QUE QUIERAN PATRIA LIBRE, VENGAN CON NOSOTROS:

¡¡¡¡¡PATRIA SOCIALISTA O MUERTE, VENCEREMOS!!!!!


Caracas, Enero de 2011.

Año Bicentenario del nacimiento de la República.

La realización de Consejos Patrióticos Bicentenarios en todos los municipios, reuniendo a la base del Partido, alos militantes de los partidos aliados, a todas las formas de organización popular revolucionaria, con el propósito de trabajar sobre los asuntos generales y específicos de todas las áreas y dominios de la vida social local. Sus objetivos inmediatos serían:En este sentido, y con base en la propuesta de construcción de un Gran Polo Patriótico quetendrán la responsabilidad de elaborar el mapa de los conflictos y problemas sociales generados por el capitalismo o por la ineficiencia de la instituciones del Estado, así como de los proyectos propuestos por la comunidad y, a partir de éstos, comenzar a desarrollar un plan de articulación con las luchas existentes y las emergentes. Luego, una vez acumulado un saldo mínimo organizativo, elaborarán un plan de acción que vincule a los funcionarios responsables de la gestión gubernamental en las diversas áreas con el Poder Popular.deben surgir, en un primer momento, de la articulación del Partido con los movimientos sociales y organizaciones populares..Optar por la lógica del Partido-Movimiento  implica posicionarse dentro de las masas populares, estableciendo y desplegando una amplia política de alianzas con las diversas formas de organización popular, incluyendo los sectores patrióticos y democráticos de las clases medias, apoyándolas e invitándolas a poner su talento y conocimiento al servicio de la construcción de una sociedad del buen vivir para todos y todas.

jueves, 27 de enero de 2011

HACIA LA NUEVA LEY DE EDUCACCION UNIVERSITARIA (LEU)

Por: Gustavo Gamboa
gamboagustavo17@gmail.com
 
Todos los venezolanos, debemos estar discutiendo desde nuestras trincheras cotidianas, cual es la universidad que queremos para el desarrollo de la Republica Bolivariana de Venezuela. Antes, de que la Asamblea Nacional, inicie la discusión del nuevo proyecto de LEU que saldrá de este gran debate nacional que nos propuso nuestro comandante presidente Hugo Chávez Frías, al vetar la Ley aprobada en diciembre del 2010.

Debemos tener bien claro, que es lo que queremos y cual es la relación e inserción de la universidad en el proceso de transformación del país. Es importante, en primer lugar recordar las palabras de la nueva ministra de educación universitaria, Yadira Córdova: Nadie puede pensar que la revolución ira en contra de la autonomía universitaria cuando esta consagrada en la Constitución.

Dentro de esta discusión, es importante confrontar la vieja universidad conservadora y clasista contra la universidad liberadora, insurgente y transformadora de la sociedad. Para ello, hay que tomar en cuenta la pluralidad de ideas de las diferentes corrientes del pensamiento, como parte esencial. 

Que la universidad no este al servicio de individualidades y grupos sino del pueblo soberano. Que se debe luchar contra el coloniaje del pensamiento. Que se debe garantizar el desarrollo humano dentro de ellas, con una nueva forma de pensar y de ver el desarrollo de la nación, con inclusión, solidaridad, equidad y justicia social. Que rompa con el conformismo dentro de las comunidades y genere una real esperanza de cambios sociales. Que se profundice en los conceptos de la lucha contra la globalización económica y mercantilista a favor de una globalización liberadora y transformadora. Que forme a hombres y mujeres con saberes y que a través de la aplicación de estos saberes, tengan la seguridad de que si se puede crear y transformar. 

Que la lucha de las ideas sea constante, en la consolidación de nuestras soberanías, tanto alimentaria, tecnológica, territorial y de otras índoles. Que se forme hacia la importancia de la geopolítica dentro y fuera del país, para formar un mundo realmente pluripolar con respeto cultural y de intercambios.

En esta discusión, es necesario profundizar en la democratización universitaria, con la inclusión de los estudiantes, obreros, administrativos y profesores, en las decisiones dentro de las mismas, con igualdad en todos los aspectos.  Así como, el involucrar a las comunidades.  

También, debemos resaltar en esta discusión, la importancia del compromiso por parte del Estado venezolano, de garantizar la logística de recursos en todos los ámbitos para el desarrollo del proceso universitario, por que es la única forma de desarrollar la nueva universidad sin trabas ni restricciones. Esto, lleva al compromiso de las universidades, a la rendición de cuentas en forma tranparente sobre los recursos asignados y sobre las gestiones hechas en el proceso de formación.

Por todo lo anterior, salgamos a debatir libremente en cualquier espacio, sobre la universidad que Venezuela necesita, para que el nuevo proyecto de la LEU sea un consenso nacional y donde salga favorecido el pueblo soberano.

Como siempre termino mi artículo invocando las palabras del general en jefe José Félix Rivas.
  
NECESARIO ES VENCER COMPATRIOTAS.
 

Instituciones de educación universitaria de gestión privada pero sin fines de lucro

Por: Víctor Peralta (*) 
Fecha de publicación:07/01/11
http://www.aporrea.org/educacion/a115225.html

El Estado Docente es la expresión rectora del Estado en educación, en tal sentido un estado socialista no puede seguir permitiendo que existan instituciones de educación universitarias con fines de lucro, que cobran a sus estudiantes por todo cuanto puedan en su proceso de estudios: matrícula, aranceles y servicios administrativos y que además carecen de cumplimiento de los requisitos éticos, académicos, científicos, económicos y de planta física. 

En la mayoría de los casos los aportes que realizan los estudiantes para costear su educación no son retribuidos en buenos servicios académicos, es así como muchas universidades privadas no cuentan con la infraestructura necesaria ni con una planta profesoral acorde debido a los bajos sueldos que ofertan. Peor aún se han venido aprovechando de las instituciones educativas del estado venezolano y nos hemos conseguido con casos en los cuales comparten espacios con las Misiones Educativas en donde son tratados por directivos de esas instituciones con guante de seda, mientras culpan de todo lo malo que pueda suceder a nuestros misioneros.  

En cuanto a estudios de postgrado hasta en los rincones más apartados ofertan cualquier cantidad de diplomados, maestrías y doctorados, con la sola disposición de continuar enriqueciéndose valiéndose del mismo sistema de trabajo que en pregrado basado en la explotación y poca calidad educativa.    

En tal sentido las instituciones de educación universitarias de gestión privada deben ser sin fines de lucro y el estado docente debe garantizar que parte de los ingresos generados sean revertidos en becas a estudiantes de bajo recursos, en dignificación del pago del personal obrero, administrativo y docente, en adquisición de planta física y dotación de equipos y material educativo, entre otras inversiones que permitan la dignificación de todos los que conforman este tipo de educación y no como ha venido sucediendo hasta ahora en donde una minoría se enriquece a costa del esfuerzo y sacrificio de muchos.  

La nueva Ley de Universidades debe terminar con el negocio del lucro educativo. 

(*) Prof. UBV

miércoles, 26 de enero de 2011

SOCIALISMO, EDUCACIÒN Y PODER POPULAR

Luis Rafael Peñalver Bermúdez
lpenalver@mppeu.gob.ve
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Quiero expresar mi sincero agradecimiento al Comité Organizador del Primer Congreso Internacional de Estudios Territoriales y Ecosociales, por invitarme a participar como conferencista en el Área de Estudios Sociales, que tuvo cinco temas de alto interés, referidos a Poder Popular, Participación Política, Educación y Ciencias Sociales, Socialismo y Transformación Ciudadana. Desde esta orientación general, si pudiera decirse, intentaré vincular tres campos, ellos son: Socialismo, Educación y Poder Popular.
Socialismo del Siglo XXI parece, hoy más que nunca, una frase escandalosa que ha tenido la dicha de convertirse en vedette política de los más diversos escenarios nacionales e internacionales. Su más famoso y renombrado mentor, el Comandante Presidente Hugo Chávez, pudiera ser imputado de causar un terrible terremoto cognitivo cuyas ondas siguen recorriendo los espacios de la derecha histérica, hasta los de la ultra izquierda autollamada radical. En el país, aparte de las múltiples concepciones que se han publicado sobre el tema y que tienen como autor, entre otros, al mismo Presidente, también opinan a diario, en número considerablemente significativo, quienes adversan la Revolución Bolivariana, quienes la apoyan totalmente, quienes la apoyan parcialmente, quienes prefieren ver las cosas de lejos y quienes asumiendo una aparente neutralidad y objetividad, también hacen sus particulares apuntaciones.


Otros factores políticos nacionales, que les encanta y excita autodenominarse democráticos o socialistas democráticos, ya tienen decidido y conocido, según ellos: por “todos”, lo que pasará en Venezuela y el cuento más o menos es este: “se iniciará un socialismo perverso, pasará por el comunismo y culminará en fascismo o nazismo, porque el Teniente Coronel Chávez sigue los consejos de Fidel (Castro), quien también es bla, bla, bla”. Sé que ustedes están muy enterados de lo que estos factores políticos, que son más bien factores desestabilizadores definitivamente disociados, despotrican diariamente por casi todos los medios posibles, hasta por Venezolana de Televisión, aunque luego van a otros canales y dicen que no hay libertad de expresión.


En estos escenarios de discusión, que están construyéndose y desarrollándose todos los días, también concurren otros factores de opinión que tienen que ser atendidos críticamente y, además, con el mayor cuidado. Ahora me refiero a los “socialismólogos”, “especialistas en socialismo” o “expertos en socialismo”. Que nadie, léase bien, absolutamente nadie, considere que tiene algún privilegio para hablar en nombre del Socialismo y muchos menos en nombre del Socialismo del Siglo XXI. Y esto lo señalo, porque hasta el mismo Presidente ha repetido hasta el cansancio que el Socialismo para Venezuela hay que inventarlo; tenemos, así, en letras destacadas, TENEMOS que crearlo, que concebirlo, que parirlo, que criarlo y que cuidarlo. Lo que formulemos sobre el Socialismo del Siglo XXI, tendría un propietario: el pueblo de Venezuela, las ciudadanas y los ciudadanos de este país, que podría emerger con nuevos sentidos en el poder popular.


Ojalá que a las instituciones educativas, oficiales o privadas, no se les ocurra la atroz idea de diseñar carreras de grado para otorgar títulos de Licenciatura, Profesorado o Técnico en Socialismo o acudir a otros dispositivos de saber-poder como cursos, diplomados, especializaciones, maestrías, doctorados, posdoctorales, presenciales, virtuales y a distancia, para legitimar ciertos conocimientos, descalificar otros e impedir que buena parte del pueblo no pueda inscribirse. Digámoslo de otra manera: si alguna de estas figuras llegara a tener algunos requisitos, como no sean leer, escribir y querer construir una Venezuela distinta, otra vez estamos repitiendo la película que representa el peor de los flagelos que ha sufrido buena parte de nuestro pueblo: la exclusión.
Decimos que el debate acerca del Socialismo y del Socialismo del Siglo XXI, porque son dos cosas diferentes, será un auténtico debate, democrático, participativo y protagónico o no será. Y disculpen estas palabras que parecen más bien un llamado de atención, pero no habrá lugar ni tregua para discursos privilegiados ni que gocen de ciertas prerrogativas porque han adquirido cierto pase de cortesía. Más bien podemos aprovechar este debate sobre Socialismo y Socialismo del Siglo XXI, para fortalecer los valores de una nueva ciudadanía, de una ciudadanía que construirá su porvenir en el presente. Amigas y amigos, el asunto es, al final, ¡cuidado con los apóstoles del Socialismo para el Siglo XXI y los falsos profetas ídem!
Me voy a permitir en este calentamiento preliminar, compartir otra idea que, esquemáticamente, tenía guardada para el final, pero que en el proceso de rebobinar algunas cosas, decidí que mejor era curarme en algo que podríamos llamar salud ética y exponerlas en la presente obertura. La expresaremos telegráficamente y luego pretenderé ampliar un poco. El asunto es el siguiente: si hay un dato que tenga el mayor espesor en este debate acerca del Socialismo, la Educación y el Poder Popular, es el que nos involucra a nosotros mismos como seres humanos. Vamos a explicarlo. Podemos hacer una especie de “carrera socialista”, si ello llegara a existir, e ir a cuanto evento político o académico se presente, escuchar disciplinadamente todos los Aló Presidente y las alocuciones de todas las cadenas, contar con una biblioteca de textos, comprados o expropiados, del pensamiento socialista mundial, la educación y el poder popular: adquirir los libros que el Presidente ha promocionado, leer las obras completas de Marx, Engels, Lenin o Mao, por lo menos; uniformarnos de socialista y decir algo que parezca importante sobre el poder popular y, además, vociferar por los cuatro vientos: ¡soy socialista, creo en el poder popular! Lamento decirles que le vamos a echar a perder la fiesta a un grueso considerable de amigos y amigas, pero todo eso que hemos nombrado puede que represente un reconocible y quizás hasta gratificante esfuerzo, pero, aun así, no es suficiente. 
Digámoslo otra vez: NO ES SUFICIENTE PARA SER SOCIALISTA. Edgar Morín, nuestro amigo que ha repotenciado el pensamiento complejo y la complejidad, habla de las cabezas bien llenas y de las cabezas bien puestas. Esto bien pudiera servirnos de ejercicio para hacer dos interrogantes: ¿Vamos a tener cabezas bien llenas de Socialismo del Siglo XXI y del Poder Popular? o ¿Vamos a tener cabezas bien puestas de Socialismo, del Socialismo del Siglo XXI y del Poder Popular? El Socialismo del Siglo XXI, la Educación y el Poder Popular podrán debatirse, por supuesto, como forma diferente de vivir, porque constituyen una lucha permanente contra el capitalismo y sus valores; pero también estamos obligados, éticamente hablando, a debatir como otra forma de ser ciudadano o ciudadana; es decir, para transformarnos en auténticos seres humanos. 
Si estos debates y reflexiones acerca del Socialismo del Siglo XXI, la Educación y el Poder Popular no retuercen nuestras fibras y muchos de los valores con los cuales hemos vivido o convivido, le estaremos quitando una oportunidad a la Venezuela que se construye, por una razón muy sencilla: el Socialismo del Siglo XXI, la Educación y el Poder Popular pudieran ser buenos para declararlos o nombrarlos, pero es mejor para vivirlos y vivirlos plenamente. Parafraseando al amigo Rigoberto Lanz, diríamos: entusiásmese por vivir socialistamente en la educación y en el poder popular. Aquí lo importante es saber en cuál parte de la cancha de juego está usted, ello en el entendido que está en la cancha y no en las gradas mirando como pasan los tiempos del juego que, por cierto, se inició hace un largo rato. 


Pudiéramos decir también que una oportunidad estelar se nos presenta en este debate. Si quieren debatan con el Presidente, desquítense con quienes hacen propuestas relacionadas con el Socialismo, la Educación y el Poder Popular, póngase en total desacuerdo conmigo, pero, por favor, por favor, debatan sus propias ideas, piensen sus propios pensamientos. Tómense tiempo para ello. El debate que nos convoca desde el Socialismo, por ejemplo, entendido como las experiencias de pensamiento construidas y experiencias sociales vividas, y el Socialismo del Siglo XXI, como pensamiento y experiencia por construir, involucra no solo el factor de apellidamiento político como socialismo cristiano, socialismo utópico, socialismo democrático, socialismo marxista, entre otros, y lo llamamos sencillamente Socialismo del Siglo XXI, también contiene temas transcendentales muy significativos porque, en primer lugar: estamos implicando el presente y el futuro de nuestras propias vidas y de otras que vendrán; en segundo lugar: porque estamos empeñados en transformar las prácticas económicas, políticas, sociales, culturales y educativas, entre otras; y, en tercer lugar: porque construiremos (juntos) otro modo de vivir.
Esta discusión tendrá que ocuparse, necesariamente, de las múltiples lecciones históricas que tendremos que hacer para tener un inventario crítico de grandes patrimonios del pensamiento socialista como Saint Simon, Carlos Marx, Federico Engels, Vladimir Ulianov (Lenin), León Troski, Rosa Luxemburgo, Mao Tse Tung, Ho Chi Min, Ernesto Guevara, Fidel Castro Ruz y, junto a ellos, ampliar nuestros horizontes en América Latina y el Caribe y el resto del mundo en general y en Venezuela de manera particular, desde las creaciones del Maestro Simón Rodríguez, hasta el Presidente Hugo R. Chávez Frías. Como dice el mismo Presidente: debemos buscar tiempo para estudiar, leer y escribir; yo agregaría, que quien se presuma o quiera llamarse o le gusta ser nombrado socialista, está condenado a estudiar, a leer y a escribir. Un socialista serio, una socialista seria, estudia, lee y escribe. Y que conste, esta es una consideración ética.


Tal vez, hasta tengamos que hablar con el Presidente para inaugurar otra Misión, la Misión Socialismo para el Siglo XXI; mientras tanto, no hay excusa que valga para desentenderse de la gran responsabilidad que tenemos en la concepción, desarrollo, evaluación y reajuste del denominado Tercer Motor: Moral y Luces, Educación en Todos los Espacios. Aquí está, sin lugar a dudas, una oportunidad pedagógica con la cual no habría soñado jamás persona alguna, pues nos referimos, nada más y nada menos, que a la lógica de inclusión más extraordinaria que puede exponerse así: en cualquier parte de nuestra República donde hayan por lo menos dos personas, allí podemos encender el Tercer Motor, el Motor de la Moral y de las Luces, el Motor de la Educación, el Motor del Pensamiento y la Práctica Socialista en Construcción. Por supuesto, aquí habrá que enfrentar a quienes aun tienen una idea de espacio educativo identificada con la institucionalidad de las aulas. En los recintos escolares, entre ellos los de la Universidad, se pueden asfixiar la Moral y las Luces, si
creemos que ese es el espacio privilegiado para el Tercer Motor. Mucho cuidado, porque las paredes institucionales pueden ayudar a arrancar el Tercer Motor, pero no podrán mantenerlo encendido por mucho tiempo porque faltaría la energía fundamental: el calor del pueblo. Ese será el auténtico combustible.


Otra de las lecciones históricas, aparte de las referidas al pensamiento socialista en su más amplia diversidad, son las relacionadas con las experiencias de vida social implicadas con los múltiples socialismos. Allí tenemos el compromiso de acercarnos a los relatos vinculados con la Comuna de París, comentada por Marx, la Revolución Rusa, desde Lenin hasta Gorvachov, pasando por Stalin y Nikita Kruchov; la Revolución de la República Popular China hasta los tiempos recientes, las experiencias de Corea, Cuba, Chile, Guatemala, Albania, Vietnam y Camboya, pasando por el presente reciente latinoamericano en el contexto de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR). ¿Dijo usted Socialismo del Siglo XXI? Bueno, aquí tiene un entremés exquisito: iniciar por el corazón y el espíritu mismo del Socialismo. No tenemos oportunidad para los desastres ni para las copias políticas por muy buenas que algunas nos parezcan, ni para perder la oportunidad de reconstituirnos como ciudadanos y ciudadanas de primera, a través del fortalecimiento del poder popular por medio de una educación auténticamente emancipadora.


Esta es una oportunidad que NOS PERTENECE. Mucho cuidado con esas organizaciones que siempre andan inventando trampas para ser reconocidas como portadores de…, defensores de… o creyentes en…, cuando lo que buscan son cuotas de poder y mecanismos arribistas para sus directivas y quienes logren acercárseles. Llamarse socialista, socialista para el siglo XX o revolucionario, para no serlo, es vivir en un remedo ético de corte capitalista y si usted habla como capitalista, piensa como capitalista, gestiona como capitalista, funciona como capitalista, camina como capitalista, trata a la gente como capitalista, escribe como capitalista, sueña como capitalista, entonces no le queden dudas: usted es capitalista por muy socialista que se nombre o lo nombren. Quizás llegue el momento en el cual comencemos a exclamar auténticamente: “recuerdo cuando yo era capitalista…” y allí, señoras y señores, dará comienzo (es posible) a la otra Historia de Venezuela, aunque no está demás decir que en el medio educativo hay mucha gente que ha sido y es socialista: con espíritu de solidaridad a toda prueba, éticamente irreprochable, de cultura ciudadana intachable, con respeto profundo por el ser humano y la naturaleza, con un ejercicio profesional responsable, con amor a la gente y al trabajo, de pensamiento humanista profundo, con cultivo permanente de sí y aspirando a construir otro país con la perspectiva del poder popular. Busquemos ahora los impulsos necesarios para una aventura de grandes dimensiones en pro del Socialismo del Siglo XXI. Y les doy un dato: la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las Leyes dirigidas a fortalecer el Poder Popular, el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, constituyen parte de nuestro equipaje Rumbo al Socialismo, aquel famoso RAS que mencionó el Presidente en una oportunidad.


Quisiera sintetizar esta primera parte con unas palabras del nombrado amigo Rigoberto Lanz, quien dice, en un artículo intitulado Borrón y cuenta nueva: el socialismo que viene, lo siguiente:


Queda claro pues que nunca partimos de cero en estos menesteres, pero más claro aun ha de quedar que se arrastra una pesada herencia en el pensamiento y la experiencia llamadas “socialistas” que es preciso colocar en su lugar. Alguien podrá argumentar con alguna razón que no todo fue negativo en este penoso trayecto. En efecto, muchos aportes teóricos quedaron por allí machacados por el implacable ejercicio del poder de los aparatos. Esos aportes han de ser reivindicados críticamente para repensar hoy un horizonte nuevo de la idea de revolución. 

Vamos ahora a una segunda parte, aunque ya hay aspectos que hemos mencionado en la primera. Trataré de trazar una cartografía de posibilidades desde la cual pudieran concebirse unas agendas para el trabajo socialista por-venir, en el entendido que tales agendas serán posibles si y solo sí se construyen en el espíritu del debate y de la crítica de pensamiento, en el contexto de la creatividad, la participación, el respeto, la responsabilidad y la libertad. Si ello no llegara a ocurrir, lo más probable es que tengamos aplazada la unidad curricular más importante: creer en nuestras propias posibilidades, creer en nosotros mismos, creer en nuestro pueblo. Lo diremos de otra manera: si allí la máxima calificación cuantitativa corresponde a veinte puntos, estamos obligados a obtener sobresaliente y contar con veintiún puntos. Por cierto ¿Cuánto sacaría usted? Ahora, ¿Cuáles serían, puntualmente hablando, esas claves1 para promover en nosotros y en la educación venezolana, una sintonía hacia el Socialismo para el Siglo XXI? 
1. Nuestra primera clave está representada por la lucha feroz y a brazo partido contra antivalores como el egoísmo y el individualismo, pronunciadamente capitalistas. No bastará con enseñar qué es solidaridad o aprender qué es solidaridad; es decir, no hay lugar para que el profesorado se sienta satisfecho por haber “dado” una clase brillante sobre solidaridad y el estudiantado ande muy contento porque aprobó una evaluación sobre el tema de la solidaridad. Para los efectos del Socialismo del Siglo XXI, uno y otros están claramente aplazados. Pero, buena noticia, podrán ir a reparación. Solo que la prueba para ambos será una cuestión muy sencilla que consistirá en generar una cultura de vida solidaria. La palabra es buena, pero el gesto conciente transforma y reconstituye nuestra humanidad. La responsabilidad social que hoy tenemos es indelegable y la solidaridad puede imprimirle un sello transformador.


2. El Socialismo del Siglo XXI, como posibilidad, se construye con y desde los movimientos sociales emancipatorios. Impulsar en la escuela, con la escuela y desde la escuela, movimientos con fuerza y determinación con responsabilidad social y de participación, pudiera fortalecer experiencias como las cooperativas, los consejos comunales, las comunas, los consejos locales de planificación y las asociaciones productivas, donde la conformación de lazos de cooperación y definición de visiones conjuntas, sean una prioridad. Nuestras experiencias pedagógicas y de gestión escolar tendrán que hacerle lugar a una especie de reingeniería pedagógica y de gestión, basadas en las decisiones colectivas, en la consulta, en el diálogo, sin imposiciones ni exclusiones.
3. El Nuevo Socialismo (otra manera de nombrarlo) tendrá como soportes fundamentales la libertad y la justicia y en las instituciones educativas, uno y otro valor pudieran constituirse en ejes transversales para ser y para vivir, no solo para estudiar; donde la libertad es lo que me hace ser responsable de lo que soy y la justicia para impedir a toda costa el sometimiento y la explotación de unos por otros. Ya decían Marx y Engels en el Manifiesto Comunista que “El lugar de la antigua sociedad burguesa…será ocupado por una asociación en la que el libre desarrollo de cada uno será la condición del libre desarrollo de todos”. Así, la libertad tiene un contenido importantísimo en nuestro debate. Todo germen represivo que atente contra el desarrollo de las personas y de los pueblos, va en dirección contraria al espíritu que aspiramos a promover desde el Nuevo Socialismo. Acudiendo a unas palabras del ex Vicepresidente de la República, Jorge Rodríguez, la única dictadura posible es la dictadura de la democracia y, agregamos nosotros, de la justicia y la libertad. El retorno pedagógico en estos contextos, sería ganancia neta para el futuro socialista de
nuestro país.


4. En el Socialismo del Siglo XXI, acudiendo a un “viejo” pensamiento del amigo Rigoberto Lanz, hay que entusiasmarse por vivir. Alguien con espíritu socialista vive en una pasión desbordante, en un éxtasis por vivir, con relaciones de intensidad, a construir la mayor suma de felicidad, como dijo Simón Bolívar. Así podremos rediseñar nuestras responsabilidades pedagógicas. Una auténtica pedagogía que dé lugar al arte, la música, la poesía, las expresiones populares, la vida común y ordinaria, el acontecer diario, al ruido de la calle, al sentir de nuestra gente, pudiera ser un buen comienzo.


5. El Socialismo del Siglo XXI, al menos el que aspiramos, tiene un privilegio fundamental por la educación, pero por una educación concebida fuera de los estándares rutinarios. Esa visión que privilegia lo escolar y escolarizante como espacios exclusivos para la educación, arruina la posibilidad de compartir experiencias con otros seres humanos que han sido históricamente excluidos. La Nueva Escuela tendrá un nombre: República Bolivariana de Venezuela. La escuela tendrá que inventar estrategias para salir de las escuelas y las universidades y las misiones educativas, tendrán que hacer algo similar o correrán el riesgo de ver comprometidas sus responsabilidades sociales. Por ejemplo, la Misión Robinson transcendió los actos de leer y escribir como únicas posibilidades y ahora hace fuerza en el ejercicio de la ciudadanía, en el ser republicano ¿Dónde y cuanta fuerza hacemos nosotros?


6. El Socialismo del Siglo XXI será la alternativa al capitalismo, apostando, en principio, por quienes han sido menos favorecidos, como nuestros conciudadanos pobres de ciudades y pueblos, la población campesina, las comunidades indígenas. El Socialismo del Siglo XXI pudiera ser un proceso político inclusivo para quienes habitan este país y con atención especial para la niñez y la juventud abandonadas y a quienes, por múltiples razones, aun deambulan sin hogar. Con todos los esfuerzos del gobierno, aun vemos estas indignidades sociales. Y parte de ese esfuerzo pendiente, pasará por luchar tenaz e implacablemente contra la corrupción, la corruptela y los corruptos, vengan de donde vengan; el burocratismo, la no transparencia en el manejo de los recursos. La escuela podrá ser el espacio para enfrentar la corrupción, luchar decididamente contra la burocracia (incluida la del pensamiento) y promover la vocación por la honestidad. Hay una práctica perversa que atenta contra la atención a tiempo de los sectores nacionales menos favorecidos. Quienes anden por esos
caminos tendrán que ser denunciados con pruebas, separados de sus responsabilidades y sometidos al imperio de la Ley. Tenemos que erradicar los mecanismos que producen damnificados sociales. Una vida digna es el norte: trabajo, educación, cultura, alimentación, sanidad, vivienda, agua potable y energía eléctrica,
tendrán que formar parte de proyectos integrales de inclusión. Ahí está un baremo social preliminar.


7. La violencia es un aspecto por atender. El asesinato pareciera el camino más corto para contar con unos zapatos de marca, dinero inmediato o, sencillamente, arreglar un desencuentro. La cultura de la muerte se nos está haciendo tan natural, que ya el linchamiento nos parece legítimo y hasta justo. El “ojo por ojo y diente por diente” recorre los espacios sociales y escolares. Los extremos son tales, que se atenta violentamente contra los demás, porque lo importante son “mis” problemas o los problemas de un sector y el resto, simplemente, no importa para nada. Esa cultura de la muerte, de la violencia y contra los derechos de los demás, es contraria al Socialismo del Siglo XXI. Aquí tenemos que ser extremadamente creativos para instalarnos, léase bien, en una cultura por la vida, en una cultura de la vida, en una cultura de paz, en una nueva cultura ciudadana o los linchadores serán los nuevos héroes superpoderosos.


8. El Socialismo del Siglo XXI podrá ser la oportunidad histórica para darle cuerpo al diálogo intercultural, plurilingüe y diverso. No queda lugar para acudir a mecanismos que intenten colocar unas culturas por encima o por debajo de otras. Cada cultura tiene su historia, sus valores, sus protagonistas y sus potencialidades y nada ni nadie podrá despojarlas de tales características. Todas las lenguas, sin excepción, merecen atención en los espacios educativos. Habrá que darle precisamente por la lengua a quienes califiquen como infralenguas, dialectos o microidiomas, a otros idiomas. Lo diverso y la diversidad deben gozar de nuestro mayor respeto. Pareciera contradictorio, pero lo que nos hace humanos e iguales es nuestra diversidad. Los
odios y las diferencias contra otros seres humanos son intolerables en la nueva sociedad socialista y en la nueva educación. 
9. El Socialismo del Siglo XXI avanza en la medida en que lo hacen la participación y el poder popular. El Socialismo del Siglo XXI es un asunto muy serio como para dejarlo en manos del funcionarato de siempre, sea designado o elegido. Más poder para el pueblo no es una consigna, es una determinación para el éxito del Nuevo Socialismo. Las formas de democracia directa ejercida con altos criterios de responsabilidad ciudadana, el reforzamiento del poder popular local a través de los Consejos Comunales como alternativa para una nueva gestión de las políticas públicas, el descentramiento en la administración de presupuestos y gastos, la creación de los Consejos Populares en Defensa de la Educación Pública, podrán ser parte del nuevo poder popular alejado de las cofradías partidistas, las macoyas arribistas y los aprovechadores de oficio.


10. El Socialismo para el Siglo XXI será posible con una auténtica Revolución. Una Revolución que tendrá, primeramente, que ocurrir en nosotros y que atraviese nuestros pensamientos, valores y formas de ser. Una Revolución que fracture la pesadez del Estado capitalista, la ineficacia de sus leyes y normas, la burocracia antihumana; una Revolución que provoque una conmoción institucional necesaria para que los organismos y sus actores recuerden la responsabilidad pública y que se deben, en primer, segundo y tercer lugar, a cualquier ciudadano o ciudadana que así lo requiera. Una revolución que también recorra todos los rincones del Sistema Educativo Venezolano. Al final, se trata de una Revolución con potencialidad de auténtica transformación.


Bueno, pudiéramos decir que esto es una especie de decálogo que podrá estirarse, encogerse, transformarse o, definitivamente, cambiarse; para eso, precisamente, es el debate en torno al Socialismo del Siglo XXI. Permítanme culminar con unas palabras del amigo Juan Carlos Monedero: No sabemos cómo es el socialismo del futuro, pero sabemos cómo no debe ser. Por eso hay un horizonte firme: todo lo que supere al capitalismo, logrando la alternativa [de] hegemonía social, va en la dirección correcta. Por eso, el socialismo del nuevo siglo debe desbordar al capitalismo, acentuar su condición contradictoria, acelerarle sus callejones sin salidas, usar sus recursos para demostrar su inhumanidad, su ineficiencia, su carácter depredador.
Ahora una pregunta final ¿Quiénes tienen disposición para construir el Socialismo del Siglo XXI, siendo auténticamente Socialistas del Siglo XXI? Esa es la cuestión. 
Ciudad Bolívar, junio de 2010