Por: Gaspar Velásquez Morillo
En la primera lectura del título el mismo
parece grandilocuente, ampuloso y no faltará quien diga que es exagerado e
injusto; personalmente tengo la convicción que no! porque poseo –si se puede
calificar así- el defecto o la virtud de no saber ser hipócrita. Tampoco, para
ser merecedor de los reconocimientos públicos o privados, es porque se está en
la cresta de la ola, aunque muchas veces somos mezquinos en reconocer el mérito
de las y los camaradas, por supuesto, no se trata de idealizar, pero de las
virtudes nada que se habla.
Es insultante escuchar en algunos
revolucionarios “el gobierno de Nicolás Maduro” en el fondo es un banal recurso
discursivo para escurrir el bulto; todos debemos saber el duro batallar del
Comandante Supremo Hugo Chávez por darnos esta revolución y el reto colectivo
es continuarla con Nicolás Maduro al frente, es menester después de la
enseñanza de la vida donde bien el Comandante Chávez supo con una ascendente
curva de aprendizaje doblegar las briosas contradicciones, aprender de la
historia de un pueblo, la historia de una nación y aseverar “que a pesar de las
difíciles circunstancias seguiremos teniendo Patria”.
Si bien la política o el ejercicio de la
política, requiere de la lectura incesante, pero exige otros atributos
inaplazables que se complementan como son la intuición, la interpretación
asertiva de la realidad, a corto, mediano y largo plazo e interesantes conocimientos
de la historia, así como sólido arsenal de Investigación Acción y
planificación. Todo lo anterior de nada serviría si no hay compromiso de clase
y fidelidad estricta al Programa de la Revolución y a los principios
revolucionarios.
Ya es un lugar común admitir que a Nicolás
Maduro, la Ultraderecha, sus banqueros y el Imperio, le soltaron
simultáneamente todas las 7 plagas pero allí está de pie, la revolución, el
gobierno y el pueblo a pesar de que padece la guerra económica no han
naufragado.
Lo de la grandeza:
Nicolás Maduro ha mantenido la Paz del país. Ya lo decía el
Libertador Simón Bolívar “El sistema de gobierno más perfecto es aquel
que produce la mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social
y mayor suma de estabilidad política”. Simón Bolívar. Discurso de Angostura, 15 de febrero de 1.819.
Tenemos un pueblo enfervorizado y amante de su
revolución, por ello: “No puede haber República donde el pueblo no esté seguro
del ejercicio de sus propias facultades”. Simón Bolívar. Discurso en Cúcuta, 3 de
octubre de 1.821.
El Imperio y la ultraderecha y sus banqueros apátridas,
les ha costado, descifrar las claves para soliviantar y crear que el pueblo se
vaya contra el gobierno y contra el pueblo mismo en una guerra civil. Ganas no
le han faltado y no van a desistir en tales propósitos.
Nicolás Maduro ha sostenido en alto el
discurso y la praxis de la Unidad
en todos los niveles y a todas las instancias, todo muy ajeno y distante
del sectarismo partidista prepotente que fraccionaba las fuerzas
revolucionarias, pero las fuerzas revolucionarias han de entender que no se
trata de repartición de cargos o cuotas de poder. La recomendación del caso es
leerse El Príncipe de Maquiavelo por aquello, a cada quien según su trabajo.
Ha planteado Nicolás Maduro Radicalizar la Revolución eso
pasa –digo- por llevar a cabo cada vez más lo que establece el Programa de la
Revolución, que para los efectos de nuestra revolución es el texto
constitucional, que apenas se ha aplicado en dosis muy reducida y que hay que
acentuar a pesar del despecho y chillidos de las y los apátridas que evocan el
cuartorepublinicanismo, el neoliberalismo, sus banqueros y la sumisión al
Imperio y cuyo bastión de ataque y justificación son los cartelizados medios
privados de comunicación.
Lo anterior exige evaluar, examinar y
garantizar que quienes estén al frente de las instituciones sean genuinos
revolucionarios y revolucionarias. No se trata de cacería de brujas, pero la fidelidad
es medible, en parte por la acción de gobierno que se ejecuta, como decía
Vladimir Ilich Lenin, para saber el carácter revolucionario de la institución y
de quienes están al frente, es ¿A
quién Benefician?; además es urgente la formación de una Escuela de
Ciencia y Técnicas de Gobierno, de manera que toda y todo cuadro institucional
para ser promovido, ascendido, haya pasado por esa formación obligatoria.
Será menester para otro trabajo pero lo
adelanto: Concentrar todas esas instancias “académicas” enclaves –con sus
excepciones- del pensamiento conservador y de derecha, enclaves a la vez que
sirven para formar en su mayoría al activismo opositor y que estas instancias
“académicas” repetimos dependen en el organigrama de los ministerios, para que
a partir de allí, aprovechando sus instalaciones, sus recursos financieros
presupuestarios, además de hacer una estricta selección de las y los docentes, constituir
una planta profesoral con todos sus beneficios que hagan carrera en esa nueva
institución de alto nivel, pero más allá de los currículos personales, tenga
como base esencial la corriente epistemológica de la pedagogía que suscribe
cada quien, si es para la emancipación y la libertad, porque si ningún centro
educativo en el país no es para la Descolonización Educativa, para desacoplarse
de los centros de dominación educativa internacionales con un pensamiento
crítico propio, entonces, sencillamente no tiene sentido financiar y mantener
instituciones educativas de tal naturaleza, estas formando tus propios
enemigos, por el contrario, el kit está en crear de allí un verdadero centro
universitario de muy alto nivel de formación nacional e internacional, apoyados
en el interior de la República por las sedes de las Corporaciones regionales,
pero todo dirigidos por revolucionarias y revolucionarios de larga y comprobada
trayectoria científica revolucionaria que dotado este centro de una malla curricular
particular para cada carrera todo muy cónsona a la concreción del texto
constitucional, que sea a la vez instancia de donde se provea con las y los
egresados el Estado y Gobierno para seleccionar a las y los cuadros que vayan a
dirigir las instituciones del Estado y del Gobierno en cualquier lugar del país
o del exterior. Que a la vez dependa directamente de la Presidencia o de la
Vice Presidencia de la República quienes basados en criterios científicos
escojan la terna rectoral y a las y los decanos de las distintas menciones.
Impidiendo por todos los medios que se conformen roscas o grupos con posiciones
mezquinas, sectarias y cuya autoridades sean escogidas por el mismo Presidente
de la República y rindan cuentas directamente a él.
Continuamos: Nicolás Maduro ha planteado Democratizar las estructuras
gubernamentales y partidista; en el caso gubernamental, gobernar con el pueblo
en sus distintas instancias y paulatinamente que el pueblo asuma el poder.
Sin Producción
Nacional propia la existencia de la Revolución estaría comprometida al
fracaso o por lo menos el riesgo es inminente y de muy corta vida.
Es acertada la decisión y el estímulo a que
las instituciones de Justicia
actúen de manera pertinente, adecuada, oportuna y eficiente acorde a un Estado
social, de justicia y de derecho concebido en el texto constitucional de la
República Bolivariana de Venezuela.
No puede quedar por fuera, las Relaciones
Internacionales, las cuales hay que exaltar y mantener aceitada, y darle
concreción a la continuidad de las iniciativas de los dos Libertadores de
Venezuela. El reciente cotejo en la Cumbre de Panamá pasará como referencia
obligatoria en más de una carrera universitaria y en el historial del mundo.
Todo lo anterior para comprenderse aún mejor,
está enmarcado dentro de la resistencia a todos los planes habidos y por haber
implementados por EE.UU., la Ultraderecha, banqueros y la cultura antipatria
que han querido inocular el Imperio para hacer naufragar a la Revolución
Bolivariana.
Lo dicho justifica lo de la grandeza de
Nicolás Maduro y la grandeza del pueblo venezolano, está de pie y seguirá de
pie. Parafraseando a José Martí: “Hay veces vibra el líder y no vibra el
pueblo, hay veces vibra el pueblo pero no vibra el líder, Revolución es cuando
vibra el líder y vibra el pueblo. Vibran en simultáneo líder y pueblo, pueblo y
líder”.
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